Y el día 10 de marzo se consumó la ignominia. Alfonso Fernández Mañueco se hizo con el dudoso honor de convertir a Castilla y León en la primera región europea que facilitó un gobierno de extrema derecha. Tras una víspera en la que dramatizó un desencuentro con su actual socio que nadie pudo creerse por fingimiento extremo, anunciaba, minutos antes de la constitución de las Cortes, que facilitaría un gobierno con VOX a quienes, poco menos, entregaba las llaves de su casa, porque, decía, era lo mejor para los castellanos y leoneses, como nos dijo, era lo mejor para nosotros