Manifiesto leído en la concentración convocada por Fundación Triángulo Castilla y León el 13 de enero en la Plaza Mayor de Valladolid para condenar la agresión homófoba sufrida por un joven en la puerta de una discoteca de la capital vallisoletana.

El pasado 6 de enero, amanecimos con la horrible noticia de que en nuestra ciudad se había producido una agresión homófoba a la puerta de una discoteca, a muy pocos metros de donde nos encontramos.

Un joven de 29 años sufrió una brutal paliza a causa de su orientación sexual a la salida de esa discoteca, cuando dos jóvenes se abalanzaron sobre él, tras escucharle hablar, propinándole golpes, insultos y expresiones despectivas que hacían alusión a su orientación sexual, lo que le dejó en el suelo, causándole una fractura en el tabique nasal y varias contusiones en el tronco y las extremidades.

Apenas seis días después de que se iniciase el año nuevo, en pleno 2022, una persona era agredida en nuestra ciudad solo por expresarse tal y como es, por ser él mismo. Por eso estamos aquí, para condenar esa injustificada agresión, pero también para expresar de forma firme y rotunda la condena a cualquier forma de odio, discriminación y violencia.

Queremos decirte, amigo, que no estás solo, que tienes nuestro cariño y apoyo. Y que vamos a luchar porque no podemos permitir que Valladolid deje de ser una ciudad segura para el colectivo LBTIQ+.

Queremos recordar que Valladolid se declaró ciudad por la diversidad, a través de una resolución en el Pleno municipal, y que todos debemos contribuir a que así sea, para no se repitan estos hechos: con formación, con sensibilización, con acciones positivas hacia la ciudadanía, con servicios de apoyo a las víctimas…

Desde aquí tenemos que recordar a todas las instituciones que hay que actuar; no solo ante las agresiones, para dar la respuesta contundente y adecuada que merece.

Hay que actuar ante cada MARICÓN escuchado en cada patio de instituto, ante cada BOLLERA, TRAVELO, BUJARRÓN. Porque los insultos son la primera piedra de la pirámide del odio.

Hay que actuar frente a cada intento de instalar la LGBTIfobia en las instituciones y en los centros educativos. Hay que actuar para frenar esta maldita escalada de odio que está, además, amparada de manera oficial por algunos partidos.

Necesitamos del compromiso de toda la sociedad para que nos acompañéis a quienes desde el activismo LGBTIQ+ luchamos para erradicar todas las violencias, discursos y delitos de odio de nuestras vidas.

Y hacemos un llamamiento a cuantas personas presenciaron la agresión esa noche. Necesitamos testigos. Aquellas personas que pudieran ver la agresión tienen que facilitar datos para la posible identificación de los agresores, que no se escondan en el anonimato y que den un paso facilitando la investigación a la policía, participando de esta manera de una sociedad más justa, igualitaria y diversa, donde el odio no alcance a atenazar la libertad de nadie.

Y hacemos también un llamamiento a los autores de la agresión: tienen que entregarse para convertir su acto de violencia irracional en un acto de dignidad personal.

Y una última llamada, al gobierno autonómico, para que de una vez por todas den trámite a la Ley de Igualdad LGBTI, que lleva 6 años guardada en un cajón, y que convierte a Castilla y León en una de las cuatro comunidades autónomas que no protege por ley a las personas del colectivo LGBTIQ+. Si estuviera aprobada esa ley, sería mucho más difícil que agresiones como la del día 6 de enero tuvieran lugar.

Podría habernos sucedido a cualquiera de nosotras. Por eso, con el miedo envuelto en la valentía que necesitamos, solo tenemos una manera de actuar: estando juntos y juntas para decir que ANTE EL ODIO NO VOLVEREMOS A CALLARNOS JAMÁS.

Reiteramos nuestro apoyo a la víctima y nuestra más enérgica condena a esta y todas las agresiones.

Quieren devolvernos a los armarios, pero no vamos a dar ni un solo paso atrás.

¡Stop LGBTIfobia!