Estamos aquí porque la rabia, la frustración, la desolación y el dolor necesitan mostrarse de forma compartida.

El sábado amanecimos con la terrible noticia del asesinato de Samuel, un joven de 24 años de A Coruña, al que un grupo de personas quitaba la vida a golpes al grito de MARICÓN.

Terror, angustia, miedo. Eso fue lo que debió sentir Samuel antes de morir. Lo que sintieron sus amigas que tuvieron que presenciar el macabro acontecimiento y su familia al recibir la noticia.

A todas y todos queremos enviarles nuestro cariño, nuestro abrazo, nuestro afecto más sincero si es que de algún modo les sirve de consuelo en estas horas tan tristes y amargas.

Terror, angustia y miedo es lo que sentimos quienes nos concentramos esta tarde en cientos de localidades de España para mostrar nuestra indignación y nuestra repulsa ante la muerte de Samuel.

Vivimos en un país que sabe que la erradicación de la violencia depende, de forma irremediable, de la unión de una amplia mayoría de la sociedad, especialmente, de la violencia estructural, que, como en este caso, se ejerce y se agrava por un motivo de odio.

Samuel era GAY y lo último que escuchó en su vida fue MARICÓN.

El sábado por la mañana se nos congeló todo, despertaron los peores temores, el eco de los insultos recibidos martilleaba en las cabezas de quienes, por ser lesbianas, gais, bisexuales o trans, los hemos sufrido en diferentes momentos de nuestras vidas.

Cualquiera de nosotras, cualquiera de nosotros podríamos ser Samuel.

Ante esto, con el miedo envuelto en la valentía que necesitamos, solo tenemos una manera de actuar: estando juntos y juntas para decir que ANTE EL ODIO NO VOLVEREMOS A CALLARNOS JAMÁS.

Desde aquí también tenemos que recordar a las instituciones que hay que actuar. No solo ante esta muerte, para dar la respuesta contundente y adecuada que merece. Hay que actuar ante cada MARICÓN escuchado en cada patio de instituto, ante cada BOLLERA, TRAVELO, BUJARRÓN.

Porque los insultos son la primera piedra de la pirámide del odio.

Hay que actuar frente a cada intento de instalar la LGBTIfobia en las instituciones y en los centros educativos.

Hay que actuar para frenar esta maldita escalada de odio.

La muerte de Samuel es el cruel espejo donde se reflejan todos los cuestionamientos de la diversidad, todas las burlas y menosprecios, todos los insultos y vejaciones sufridas por personas gais, lesbianas, bisexuales y trans.

NECESITAMOS DEL COMPROMISO DE TODA LA SOCIEDAD PARA QUE NOS ACOMPAÑÉIS A QUIENES DESDE EL ACTIVISMO LGBTI LUCHAMOS PARA ERRADICAR TODAS LAS VIOLENCIAS, DISCURSOS Y DELITOS DE ODIO DE NUESTRAS VIDAS.

Samuel, que no te quepa duda, TU MEMORIA ESTARÁ SIEMPRE EN NUESTRA LUCHA.

5 de julio de 2021.

Fundación Triángulo