El pasado 7 de octubre una incursión de militares de Hamás realizó una matanza indiscriminada de civiles en territorio de Israel. Días después los bombardeos indiscriminados de Israel sobre viviendas y edificios no militares están provocando otra matanza en Gaza. El número de personas asesinadas, sea cual fuere su origen y territorio, se cuenta por miles y la situación hace días que ha pasado de ser alarmante a insostenible, inaguantable, inaceptable.
Desde Fundación Triángulo instamos a la comunidad internacional a exigir a las partes en conflicto que frenen la escalada de violencia, respeten los derechos humanos y la convención de Ginebra.
Nuestra entidad no puede entender la excesiva pasividad de la Comunidad Internacional en un momento tan delicado. Entendemos que la complejidad del conflicto no tiene soluciones sencillas, pero eso no es óbice para perder la legitimidad de la coherencia en la defensa del Derecho Internacional y los Derechos Humanos.
Exigimos a los partidos políticos españoles unidad ante la defensa de la vida humana, independientemente de su origen étnico, religioso o nacional, y dejar de alimentar un espacio de “buenos y malos”. El foco deben ser las personas que están siendo asesinadas, y no llevar este conflicto al debate doméstico que en nada ayuda en lo importante.
Y al Gobierno de España, y en especial a la Presidencia de turno de la Unión Europea le pedimos un mayor esfuerzo político y democrático. Agradeciéndole las medidas tomadas hasta la fecha, creemos necesario un esfuerzo mayor al movilizar recursos diplomáticos, políticos y de ayuda humanitaria para ayudar a la resolución del conflicto.
A las instituciones de la Unión Europea les solicitamos que mantengan la coherencia ante el respeto de la legalidad internacional como ya hicieran en Ucrania. Solo manteniendo esa coherencia podrán legitimarse como un actor relevante y democrático dentro del espacio europeo y en todo su entorno de influencia, plagado de conflictos y potenciales conflictos.
La UE debería apoyar más económicamente a la Corte Penal Internacional para que pueda hacer una investigación de calidad, y así pueda sentar en el banquillo de los acusados a los asesinos que cometan crímenes de guerra. En este sentido apoyamos con rotundidad la línea política defendida por el Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, con reconocimiento de las víctimas de ambos lados del conflicto.